la historia es como una calesita arriba de un subibaja
de pronto me vi buscando un enscendedor entre cuerpos dormidos, vos me mirabas con las uñas despintadas y las medias corridas. amanecía y no lo sabíamos. dale, apurate, me decías.

6.33 a.m.

cubriendo un mundo

de plastilina

las pinzas sudan

una pócima solar

arrancan el papel plateado

y brilloso

estallando en á t o m o s

de rimel

de magia

dementes

números

in-versos

se retuerce

y

se confunde

(Fiebre de leones

Humo verde de coral

Avispas en tinta china)

palabras

sobre

palabras

mal corregidas

inventan ventanas al vacío

un renglón sobre la nada

curvas vírgenes del vértigo convexo

(manchas de rouge

en la boca corrida

del cielo)

En un destello inexplicable

una efigie fugaz

abren ojos diamante

(relojero cósmico

con precisión de bisturí

reinventa

amorfas estrellas

del teatro y metamorfosis

del nirvana y simultáneo)

y luz se vuelca

por la cerradura

en la mañana

en la caída

de una miga

de pan púrpura

a la velocidad

de mil un

montañas rusas

el día antes

de navidad.

*

(baja

muda

la

araña

desde

el

techo

por

la

cuerda

invisible

para

hacer

click

en

la

tecla

roja

y

encender

el

iris

del

universo)

*amanece.



inspiro en el reparo
reparo en el pulso
pulso en tus dedos
en tus dedos otoño

lo suave de lo imposible
tiene sabor amargo
como las almendrasrecuerdo
de una primavera grabada
en la vasija de cobre
que cubre a la memoria
(y a los peces eternos)
de la contradicción

un telar de soles pasados
ruge sobre las promesas
en la tierra pesada
que estira las manos
y enrosca los cables
del esfuerzo punzante
a la divina tensión
en los huesos del alma

arterias y autopistas
pista muda del lapso
lapso muerto centinela
primer enigma final


cada forma que se forma en la perspectiva particular de mirar al cielo un domingo vacío





fotodisparador de celeste rodriguez
la ruidosa autopista de florecer a fluorecer tiene un amplio número de desertores

la intersección

llueve sobre más lluvia
en esta esquina y en todas las esquinas
carne disfrazada de carne
ruido, asfalto y tormenta

toman mi rostro manos guantes de látex
y se aferran como a un tazón de sopa hirviendo
y el vapor y el humo y las hornallas dadas vuelta
y los ojos dados vuelta
del caleidoscopio a oscuras
que aparece y desaparece

llueven aguavivas sobre mi boca inanimada
los dedos aprietan la carne, las manos hierven
y los ojos no ceden
y tus ojos no sé
no sé de tus ojos ni de tus manos
solo siento el olor del látex y el sonido de tormenta
chapoteos de apuro y botas de lluvia

quizá me distrae
(o me seduce(
)o me absorbe)
el calor intruso
el rojo parpadeo
la calma de lo lento

poco a poco se esfuma el espejo
el rojo aparecer
agua roja que se disuelve en más agua
aguavivas y aguamuertas
y mi sed que se diluye lentamente
en el eco de la alcantarilla
y en los zapatos mojados
en el charco del rostro dormido
los gritos de batalla
los golpes en el pecho
el esfuerzo sinsentido

poco a poco se esfuma el reflejo
como el vapor en la noche.

todo d e  s   a    p     a      r       e        c