la mirada de Julio

Julio era un solitario.
Pese a verse en compañía habitualmente, él se sabía un entendedor de la soledad. de disfrutar sus aristas y sus artistas en grandes períodos a solas.
podía notarse en la mirada, un ser ocúlto, tácito, que no era otro que él mismo en otra parte. siempre, a todo momento, una parte de sí estaba flotando, durmiendo o volando a la par en los sucios estantes de su nebulosa.
sus pares también lo sabían un ser un tanto extraño, de desaparecer sin avisar, de mirar detenidamente las cosas, de suspirar seguido.

sin embargo, Julio no se extrañaba de sus actitudes ni mucho menos cuestionaba su razón sin razones, esa de ser, naturalmente, un hábil entendedor de los vientos, fiel escucha del agradable sonido del silencio. El silencio. Dulce paradoja para Julio era el silencio, tan vacío y tan cargado era, para él, la mejor metáfora, el punto de inflección de las respuestas que no necesitan de palabras, el libro de los entendidos.

cada uno de sus allegados sentía curiosidad por el perder de la mirada de Julio, por sus ratos y manías. Ciertas veces se sorprendían a sí mismos, estando sólos en sus casas, pensativos y movilizados, casí pudiendo afirmar que sentían la presencia de Julio. Se sonreían y continuaban en silencio, disfrutando de la tranquilidad.

cierta tarde, el grupo de amigos coincidió en una charla de café con que más seguido disfrutaban de esos ratos de soledad, y se sorprendieron al coincidir también en que no se sentían sólos. Afirmaron extrañados que en esos instantes era como si una parte de Julio estaba ahí, con ellos, tan a su lado que no podían describir si era adentro de uno mismo o en todas partes, pero ahí, iluminando los paisajes más remotos con su mirada perdida, la mirada de Julio, un solitario.

tinta y bastidores

quiero inventar reflejos de roma en el espejo de tu sexo. mantener los ojos abiertos con las luces apagadas. como aquella vez.
las pupilas, los diafragmas y las paredes son plateas para los curiosos alados que aplauden con naturalidad.
el silencio como palacio y la suavidad de tus pieles como pista de aterrizaje, para los besos kamikases sólo en noches perdidas, completas desconocidas de la cama para tres. vos, yo y nosotros.

el aroma a despedida y el eclipse de las almas, el sinfin, la profecía y un mensaje en bastidores que en silencio decia: "Si caigo en la sobreactuada repetición de decirte todo lo que me provocas, es por el simple hecho de que fuiste siempre el nexo más eterno y terrenal que puede explicar una pequeña pieza de lo que siento, por lo que me es inevitable dibujarte en los momentos en que más en un cuento estoy. Sos la representación en carne y miel de mi amor a la literatura".

por un cuento inexplicable

entre ráfagas de arena
sobre pirámides invertidas,
fuegos, velos, sangre, cruces,
piel de biblia inadvertida,

sobre un grupo de rebeldes
las espadas y las rosas
sales, sueños, utopías
puas, verde, mariposas.


disfraces más que disfraces,
cuentos de mesias y aladinos
una broma de Cortazar
azar que arropa al destino

este mundo improvisado
de actorcitos principiantes
de santuario y sicodelia
con mendigos elegantes

en la tierra de conejos
Donnie Darko taciturno
habitando en la colina
en los anillos de saturno

santos, bufones y reyes
todos invirtiendo los roles
y un viejo crea universos
suspirando vientos, dividiendo soles

bola de nieve hacia el futuro
entre lineas superpuestas
tiempo eternametne estático
entre la calma y la tormenta



la cara oculta de la moneda que se apropia del lugar, que deshace lo imposible y garabatea sin parar, buscando el estilo, la pluma y el camino correcto, que transmita los legados con sus moños de colores, que dibuje los portales en la base de las montañas y así reivindicar lo que tantos.

despavimentando cielos
despabilando a tu otro ser
los silogismos minerales
que te impedirán caer

cada minotauro y laberinto
cada grito de agonía
centinelas del recinto,
donde esta vez, tal vez,
pueda silenciarte al oido
que veo con tanta nitidez la fantasía
por lo que estoy más seguro que nunca, que siempre jamás,
en la otra cara de la luna, en ese hombre invisible y en las páginas de los locos que invirtieron los signos para que llegue quien pueda explicar lo inexplicable.

culpable

la tierra vibraba con el veloz galope de la logia. los pocos que vieron por la ventana ponían manzanas en su boca. impotencia y pánico a la hora de la siesta.

Eran las tres en punto y Julio se paró delante del espejo triangular. Con prolijidad abrochó su camisa sintiendo a cada botón un preludio de lo inevitable. tanto había dado y ahora estaba sólo, vistiendose tranquilo para su ejecución.
Con un poco de sarcasmo se sintió privilegiado de saberse anunciado y así poder eliminar los nervios de la sorpresa y elegir conciente el embalaje del embalaje, esas ropas y harapos que cubrirían su piel y sus huesos para luego pudrirse en un cajón, en el vil armario de la tierra de los hombres. "capas dentro de capas", pensó, "hoy y siempre".

La puerta sonó estruendosa nuevamente, nadie por más que intentará podía hacerla sonar así, el lo percibía desde antes, esas manos eran garras y no entendía como podían confundir al resto, esa oscura y falsa imitación de los seres sin alma.

Salió tranquilo, sumiso y con la frente en alto. No protestó a las samarreadas y golpizas innecesarias que le proporcionaron antes de subirlo al caballo.
El sintió esa ira que provocaba su indiferencia y sorprendido pensaba en la paradoja imagen de cabríos sobre caballos negros y en como la gente se empeñaba en ver a caballeros y un delincuente.

y así fué como Julio desapareció del pueblo. Algunos rumores dijeron que murió de hambre en un calabozo, otros afirmaron verlo morir fusilado en el bosque. Sin embargo algún día se aclararía lo sucedido, en las páginas muertas de algún libro olvidado alguien entendería al fin que murió junto con otros, no importa como ni donde, pero que fué mirando al frente, con los ojos empapados de amor e injusticia, por saberse culpable, como los otros, de ver un elefante dentro de una serpiente cuando debía ver un sombrero, culpable de saberse ajeno a esa guerra empeñada en cortar raices y venas de pueblos dormidos y culpable de saber que volvería, como agua, luz o rayo del sol a empañarle la vista a los brujos.

a las mil en punto

por las tejas va bailando el antiguo relojero, va riendo por lo bajo mirando las gentes apuradas, gentes indecisas que se rien de lo que hicieron, dijeron y pensaron antes de que el antiguo relojero le de otra vuelta a la máquina.

son segundos durmiendo en los minuteros que van apurados para morir en horas, en días o en siglos. tan invisibles van, que aterciopelan al espacio, despacio y midiéndolo en tiempo.

el relojero sabe de capricho de los dioses, de portales en roperos o de besos de escollera.

por el momento, valga la redundancia, el extraño personaje sólo guiña el ojo a quien lo mira cómplice, a quien lo reconoce como nexo, a quien se muestre transparente e inflexible como el juguete que duerme en su muñeca.

es por esto que llegán esas extrañas cartas a tu casa, esas que remiten de una dirección inexistente, de una esquina imposible de aquella dimensión tan parecida a esta pero que vive paralela en cada una de las mentes en blanco y que hoy fluye por las manos.

sintiendo a las agujas alteradas te digo gracias

una más

julio se paró en la colina y miró fijamente la horizontal línea del horizonte. de pronto comenzo con la mente a desdibujarla, a crear nudos y parábolas. hizo que sus piés sean raices, que sus ojos sean espejos. entendió.

a partir de ese momento bajó al pueblo y sabiendo que la plebe no estaba apta aún para entender lo que él sentía, de manera que se propuso filtrar el mensaje a traves de los puentes que vaya construyendo.

esa tarde comenzó a escribir un libro, con unas pequeñas pistas dentro de una historia de amor, para que algún personaje de su cuento lo lea y siga el mismo camino que él atravezó.

se contentó al encontrar en tantas otras personas las mismas ganas, los mismos mensajes en diferentes actitudes y formatos. sin embargo, se contentó más al darse cuenta que esa tarde en la colina aprendió que la respuesta está absolutamente en todo, pero solo hay que saber mirar. en este caso la misión era no sólo aprender sino enseñar a mirar.

las metáforas y los cruces de historias fueron naciendo por sí solos, las palabras eran como aquel horizonte dispuesto a desdibujarse, pués ahora que Julio se sabía horizonte, se sabía palabras y se sabía lectores, ¿que impedimento podía tener de explicarse a sí mismo?

de esa manera fué dejando las huellas y siguió encaminado, hasta entender por completo eso de los que todos hablan pero se refieren de diferente manera.

después de todo no importaban los rótulos, si el hombre es creación y las palabras son del hombre. como pretender que el alfabéto llegue a todas partes si hay sensaciones que sólo se explican, por ahora, con una mirada.

sueños dentro de cuadros

hoy la tormenta es detro de casa.
bruma espesa, truenos rojos.


eran las once de la noche y dejó a su mujer en el primer piso. la mujer, desquiciada por demás, provocaba tanto con sus gritos como con el rouge rojo sangre desparramado por su cara.
la imagen se salia de sus ojos. buscó en el baño unas pastillas y se aferró a una botella de vodka escondida al fondo de la cocina. eso era lo unico que podia ingerirse, ya no quedaba nada más que deudas, abstinencia y la humedad de las paredes.
así como obligado se dirigió al sótano, ya no escuchaba los gritos, no le importaba tampoco.
cuando abrió la puerta lo aturdió el ruido. la música retumbaba en el pequeño cuarto que ahora parecía enorme.
una barra sutilmente iluminada lo esperaba a su izquierda. allí atendía un lobo y un cordero, ambos a la par sirviendo tragos para todos los presentes. miró a su alrededor como fascinado y asustado. un conejo enorme conversaba con un malabarista, a su lado unos jeques árabes que bailaban mientras unas damas de ojos brillantes les colgaba billetes en las túnicas.
empezó a caminar sin rumbo, entre montones de personas que lo saludaban, caras macábras, razgos demasiado asentuados en personas que ya concocía pero que no veía hace mucho.
al fondo su hijo lo miraba en silencio. automaticamente no vió otra cosa que ese rincón y corrió a buscarlo. el niño de unos eternos ocho años se metió en un cuarto contiguo y él abrió con locura esa puerta sin recordar el fallecimiento del pequeño.
la nueva puerta daba a una playa, una playa que el conocía pero no podía recordarla.
miró alrededor, en todas direcciones. tan sólo estaba él, una puerta detrás suyo y una infinita playa casi virgen acorralada por un pequeño pueblito con casas alejadas.
en el mar vió una silueta, su hijo lo mira callado, serio, sin gestos, sin alma y comienza a caminar mar adentro.
él corre a buscarlo desesperado pero el mar está furioso y le impide avanzar contra el niño que ya estaba hundiendo su cabeza caminando decididó hacia el fondo.
desde Sus piés comenzó a ennegrecerse el agua, de pronto todo el mar estaba oscuro y vibrante.
en el horizonte una pequeña elevación crecía lentamente. él no podía avanzar ni retroceder. quedó hipnotizado con aquella ola inmensa, majestuosa muestra de muerte inevitable.
comenzó entonces a recordar, las épocas felices, el verano en el campo, su hijo, los juegos, el mar, aquel descuido, la mano levantada en las profundidades del mar, la impotencia, el llanto, el quiebre, la locura, la convivencia destruida, los vicios, la muerte en vida.
la ola se levantó ya inmensa, firme frente a él con una fuerza descontrolada decidida a revolcarlo hasta perder la razón.
en el momento del impacto él abrió los ojos.
transpirado y temblando tardó más de lo normal en reincorporarse y darse cuenta que estaba en su cama. seguía sintiendo a esa ola parada frente a él, desparramado con una botella de vodka a su lado y la ventana retumbando como un tambor con el juego de las persianas y la tormenta.
miró el reloj en la pared. quizá ese antiguo reloj era lo único que funcionaba o lo único que quedaba en la casa.
el reloj titubeaba las once de la noche. no entendió la coincidencia o la incoherencia del hecho.
sintió un ruido de llaves, y unos tacos desnivelados que subían rapidamente a la habitación.
entró la mujer totalmente desquiciada, empapada y la cara desprolija de rouge rojo sangre y un gesto que daba miedo. gritos desesperados.
él la corrió de la puerta con fuerza y buscó las pastillas, casi premeditado, casi premonición.
repitió los pasos del sueño, conciente de eso o no, llegó al sótano en busca quien sabe de que.
allí encontró esta vez un sillón antiguo, individual como de un rey. al frente, un polvoriento televisor pequeño donde el estaba filmado en vivo, en ese lugar, en ese momento.
buscó intrigado la camara pero no estaba, no podía encontrar el lugar exacto del que lo filmaban, pero ahi estaba, parado frente al televisor en ese sótano imposible.
se sentó entonces en el sillón y se metió en las imagenes. una a una y distorcionadas vió entre flashes al lobo, al cordero, a los árabes, un libro de cuentos, su hijo corriendo al mar, un teatro, un calendario marcado, ropa de fiesta, ropa de luto y de golpe en vivo de nuevo, esta vez desde el cuarto del primer piso.
la imagen era borrosa, como arañada, pero se distinguía su mujer llorando sentada en la cama con un calibre 38 en su falda.
la imagen se alternaba con un primer plano del reloj que mostraba las once y diez. de nuevo la mujer, de nuevo el reloj.
la imagen sigue a la mujer que se levanta callada, chorreando del vestido agua y sangre.
ve como baja las escaleras y como baja las próximas escaleras y se detiene en el sótano.
la puerta se abre. los dos estan en la imagen, el de espaldas, ella apuntando al sillon.
se levanto lentamente y la miro a los ojos. a ella le temblaban las manos y los ojos.

el disparo dió en el abdomen, por lo que al caer al suelo estaba aún conciente para ver como ella se dirigía el 38 a la cien y apretaba el gatillo.
se sintió impotente de no hacer nada, como aquella vez en el mar, como aquel fin de semana en la terminal.

una vez más se dejó desangrar, pero esta vez mirandose en el televisor, que alternaba su imagen en el suelo con la de una mujer vestida de domingo tirando flores al mar.

eran las once y media de la noche. hora exacta de su nacimiento y de su muerte.
el hombre abrió los ojos y estaba en su cama. salió corriendo a la calle.

reconstrucción del día Z

quitate las esposas corazón, que ya nadie está mirando. sacudete el polvo al fin, que todo ha terminado.



el mundo debastado. entre los escombros los sobrevivientes miran el cielo y al resto, el ruido es de soledad, el contexto es la foto perfecta de un alterado renacer.
algunos gritos, algunos llantos. nadie repara en las vidrieras desparramadas, en el incomodo descanzar de los autos de su cuadra.
comienza un largo camino, un rearmado absoluto, un cambio total.
los próximos días serían vedettes las suposiciones y las explicaciones. Por ahora nos ocupariamos de reagruparnos, de encontrar a los nuestros que a este punto eran todos.
el peso de lo que acontecía se notaba en el caminar lento pero decidido, sería un sincronizado trabajo general sin organización previa. cada puesto estaba cubierto de alguna manera. todo comenzaba a crecer, de nuevo.

tanto habían esperado y había sido real, escandalosamente real.

en una iglesia sin cruces, entre unas velas y algunas pocas luces desvelando las noches en el galpón, una de las multitudes se reunía en familia, entre frazadas y colchones que eran también heroes de la catástrofe.
pese a las pérdidas, se percibía el júbilo, el aferrarse a los giros de la suerte y saberse más fuerte que lo inevitable. prácticamente luego habría tiempo para lamentos y retroceder en la memoria a buscar y llorar a los que se quedaron.

de golpe alguien cortó el murmullo, un hombre cualquiera que miraba como el resto se paró en medio de los cansados y levantó un pequeño vaso plástico. el hombre de unos cuarenta, con una barba desprolija y unos párpados cansados de más dijo en tono sincero: "quiero decirle gracias a todos, por tener esa convicción de mantenerse despiertos pese a todo, gracias por ser mi familia hoy, por compartir conmigo y con todos esta fuerza que nos impulsará a sobreponernos sin dejar de intentar, gracias de verdad a cada uno de ustedes por animarse sin condiciones a sentir que somos uno".
la sensibilidad salió de su caja de cristal, se sucedieron los abrazos y los besos y las lágrimas, parte amargura pero gran parte felicidad. no importaba quien estaba al lado para saber que en realidad importaba más que nadie. cada uno era parte de todos.

"¡Corten!", derramo el director, "perfecto, exelente, descansamos"
la voz del director transmitió mucho más que una orden, realmente la escena había sido especial´. "magia" pensó.
Todos habían pensado lo mismo, desde los camarógrafos, hasta cada uno de los actores y principalmente ese grupo de espectadores invitados, esos viejos valientes que caminaban lagrimeando recuerdo hasta sus nietos que también lloraban en el set.

siempre que paró, llovió

tal vez no se trate de inicios y finales, quizá séan hechos en el aire perdidos en la línea temporal que no tienen una uniòn palpable. Tal vez nos acostumbramos a ordenar las partes, a armar los rompecabezas y sin embargo no había necesidad.

hay hoy en la misma ciudad dos pechos racionales, dos cambios con distintos caminos de pólvora y una misma llama que los alcanzará. el orden del desenvolvimiento de estos cambios será el reponsable de la suerte de una escena en el aire mucho más bella, intensa y única que otras.

por un lado el valor, por el otro el orgullo, quien deja dilatar al aire esperando quien sabe que señal y quien se está cansando de poner en ese aire todas las intenciones.

uno capta, otro sangra. luz intermitente, puerta abierta.

flautas

su tarea es borrar huellas firmes, dispersar las ganas y los nexos y atraer todas las miradas a la caja boba de morbo y frivolidad.
la tv seria la flauta y nosotros los ratones, la sangre y las faldas son conversación que llena los almuerzos, comentarios de ascensor, son los tristes ingredientes que enmarcan nuestros días.
como hacer entender, como hacerlo si tendemos irreversiblemente a alejarnos por chocar tantas veces contra ese muro de simple atención por cansancio. se agrupan paladines, alfiles y sombras. se aburren pero se estancan los vigías del sillon y el zaping.
espero que no sean las consecuencias quienes pellizquen derepente, que no sea el flotar de las ciudades quien despierte a las masas.
rara mente, raza siente, masa ciega

ie

ciclos constantes, variables, ciclos.
hoy nuevo de nuevo. mañana polvo, aleteo, vivo de nunca.

estaba empañada cada conexión entre cada escena, cada eslabon se unía virgen, una rara magia de transmitir con un contenido inexplicable.
en definitiva, para que lo importante, para que el legado llegue a quien debe, ciertos magos suelen poner un laberinto adelante, un laberinto cubierto de enigmas y símbolos que será inevitablemente explorado por desconocidos valientes, por hèroes anònimos que buscan en todas partes las llaves y los barcos.

y hoy navego tranquilo jugando con el llavero más útil de todos.-

en el patio

__que lindo esta el día hoy
_no entiendo como puedes conformarte con esto, como puedes soportar esa camisa blanca, que nada tiene que ver contigo
__es que no la soporto, es la prueba de la incomprensión del resto, la resignación.
_ pero quien puede cuestionar tu razon de ser? si no haces mal a nadie, quien es libre de cuestionar tu versatilidad?
__ya no se que puedo hacer, que sentido tiene cambiar, seria traicionar lo que soy, seria traicionarte. perdería toda motividad. de hecho creo no poder hacerlo
_ realmente es triste vernos así, que injusticia, que impotencia, nosotros aqui con las intenciones, con la necesidad de caminar, de crecer, de volar...
__es triste pero por ahora es así, ya tenderá a acomodarse. nunca pierdo esa esperan-Lo interrumpió la voz de la enfermera.

_otra vez hablando sólo Julio? es hora de tu medicación.

ahora

quién puede hablar ahora de secretos?

si son tantos lo que sintieron lo mismo, en momentos tan distintos, en contextos tan desparejos, todos deambularon la misma senda.
será de que eso se trata, será que todos somos uno.. lo veo en cada puente que hicieron puerto y a su vez otro puente para otro puerto, la raiz de la raiz para llegar al mismo sitio, para sentir la misma nada, para ser todo.
ahora que lo veo en todas partes, ahora que me zumban los oidos, ahora que la razón y los miedos son las primeras barreras, me detengo a volar en el perfume de la paciencia, en el filo de las aguas, en la tormenta y el olor de la tierra de la mañana, en los abrazos de despedida, en la emoción, en el aplauso sincero, en las recetas de la abuela, en las tardes de domingo, en las horas ganadas sentados frente al mar, en silencio... aprendiendo a sentir.
ahora que siento que entiendo más que antes, pero menos que nunca.



ahora que todo sigue tan distinto como siempre

infinito

la base

ya no hay dudas.
estoy completamente seguro que uno en su afán por ver las cosas como son, es capaz de encontrarse consigo mismo en un punto que no tiene vuelta atrás, donde se decide deshacerse completamente del ego y manejar cada uno de los pensamientos, las reacciones e impulsos con el único fin de ser íntegros seres de equilibrio y armonía o, en el caso contrario, seguir una vida vacia con ojos perdidos por a haber visto lo imposible tan de cerca y no haber tenido el valor para afrontarlo.
Ahora que escucho voces, ahora que sueño tan intensamente y que empiezo a creer antes que ver, me siento parte de los destinados a esa dualidad en algún momento de sus días pero ante un panorama un tanto más alentador que otros.
los cambios son inevitables, ya existen y ya se sienten, como ese pequeño temblor que antecede a la estampida. espero que el viento abra los ojos de todos.
maktub, amén, scrîptum

heroe

ese terror se vuelve más cotidiano, el bebé sigue en el techo y la inyección en el freezer.


dejaste que la sangre se pudriera de grises en las venas heroinas, que tu mente se adapte a lo más perverso y al reverso, caiste en la facilidad de esa felicidad artificial, de ese extasis de altura a cambio de la caida más agresiva.
quemaste el traje con el que te disfrazabas cada día y te perdiste mirando el fuego con júbilo, luego de nuevo, la muerte.
una voz demasiado cerca dijo: la alfombra es parte de tu piel y está sucia de polvo como tu vida, fué tan placentero enrredarte en la telaraña de los brujos, saciar tu hambre de hombre en las esquinas más frías, dormir despierto en el humo más denso, dejar de soñar fué tan fácil.
ahora que ya no sentis terror, porque en él te convertiste, se hizo tan intenso tan de golpe que lo que sentías en la palma de tu mano se hizo dueño de tus desiciones, las sombras inmensas ahora eran tan reales, codearse con los fantasmas más extraños te hizo tan debil, que fuiste paulatinamente regalando tu alma.
el camino esa noche por la calle más angosta, pateando las latas, agitando tu respiración, depurando el alcohol en cada gota de transpiración, buscando en cualquier parte un demonio que calme a la bestia. tus ojos de noche, tu cuerpo de enfermo, tu color perdido. no entendiste donde quedo la chequera que encontraste en las ropas de aquella pareja, la sangre no era tuya, tus manos actuaban por su parte, que había sucedido? donde estoy? donde estube este tiempo?
de nuevo, la alfombra. el bebé sigue en el techo y ahora grita más que nunca, el gato araña las cortinas y la televisión más prendida que nunca hace zapping por si sóla. no sabés adonde mirar, porque todos te señanal y la cabeza te da vueltas. un físico habla desde el polvoriento televisor de que el peligro se anticiparía con la extinción de las abejas, esa frase te retumbó entre los oidos y la frente; ahora sin aguijones, viste tu extinción de cerca, el peligro era parte tuyo, jugaba con tus manos y las cortinas.
alcansaste a correr al baño, alterado por la desesperación de sentir algo que escapaba de tu cuerpo, te miraste al espejo y te dió miedo, la sangre en tus nudillos y el ruido del cristal no calmo tu angustia.
el gato era del mismo negro que tus ojos y las supersticiones ya estaban tan lejos, como el bebé, como el cable suelto del teléfono, como la puerta que se cerraba al final del pasillo infinito, sólo quedaba a mano la ventana y fué lo único que viste.
una vez más te sobró capacidad y te falto valor, te sobraban las ganas y se escapó la cordura.
eran las diez de la mañana del lunes y el sol brillaba inmenso, aunque hacía meses que no lo veías. Tu sangre tiñó de rojo el asfalto y de amarilla la portada de los diarios. sin embargo luego se volcó en el rosa de las lágrimas de la gente más cercana. Una carta aparecio por arte de magia escrita con tus supuestas manos que alivianó la sorpresa de los ciegos y fortaleció la campaña electoral de tus padres, que brindaron tan tristes para las cámaras mientras festejaban los resultados.

bosquejo

tan afortunado el imperceptible espectador del otoño en el bosque. el crujir de las hojas, el intrépido paso del sol más tranquilo entre los árboles, maravillas.
maravillas que dicen cosas, que transmiten su sabiduria, que dejan a libros llorando de envidia solo con el nacimiento de una nueva hoja. lento caminar custodiado por amigos, por tu sangre, por cada uno de esos centinelas de lo puro y lo real, las máquinas de aire, lo sabio de la savia, el dar sin reclamo.
pobres los ciegos, los carentes de esa pequeña cuota de sensibilidad que te permite ser feliz con tan poco, o quizá tanto para otros.
paradoja de las persepectivas, de lo imperceptible o lo fundamental mirando exactamente lo mismo. los polos del contexto convertidos en sensación, manos muertas o manos libres.
serán algún día también los que sepan seguir disfrutando del momento aún tiempo después, encerrados entre cuatro paredes y mirando las hojas enredarse en los muros, calculando la distancia en tiempo, con un bosque a cuarenta minutos.

preludio de un lejos imposible

respeto a quien no crea en la inmortalidad de mis palabras,
en la relacion espejo/reflejo de la verdad y la mentira,
el que sienta al silencio como silencio, el que no sienta al puente de mirada a mirada, de amor universal.
respeto porque ya lo entenderán, aprendiendo a creer.
ahora que somos uno, ahora que somos todo, no hay forma de ver como veíamos atrás.
como cuando se aprende a leer, ahora todo se torna natural, percepción real, fantasía.
mi mano seguirá extendida, espero que no para siempre, porque siempre hoy, es hoy; y quien sabe mañana.
ahora que mis huellas son sus huellas y mañana serán montes o tal vez olas o tal vez vientos, ahora que entendí que somos y para que somos te debo respeto, más que nunca, aunque no sientas la inmortalidad de mis palabras, ni de quien las escribe.

mirame

vos

fué arruinando borradores,
amarga disciplina de explicar lo inexplicable,
confuso entre tanta bruma y tanta miel.

que iluso.
que ilusión.

ese refugio de oasis en forma de angel,
perversa actuación, quien sabe.
la cuestión es que se movía el suelo y se agotaban las ideas,
que nublaba la vista y se quebraban las uñas.

era así su historia con la musa inspiradora
con sus deseos a destiempo
y con esa dudosa conexión en una vida pasada.

pecaminoso andar de quien no sabe lo que quiere

cinco

cada uno de los monumentos que glorifican la mentira, a los traidores e impostores de las causas perdidas me recuerda que soy más que nunca la Causa. somos la causa. y lo seguiré viendo en las miradas de los muertos, los demonios y los despiertos, en las plumas de tu ser y en la arena del desierto.
la fé, la llama o la esencia no cambia, simplemente porque las personas nunca podrán cambiar su forma de mirar y porque siempre van a existir los castillos en el aire.


hoy como siempre, más que nunca, somos.

vuelta a la casa

error interno de coherencia, las manos encuadrando a todas partes.
júbilo, extasis emocional, asombro alucinado total por la nueva antigua tierra.
colores, materia, vibraciones, materia.
entre los bosques, a la par; camina descalza, primavera.
en las alturas, la revelacion, la multitud alada, la forma sagrada, la maravilla profana regalaba sorpresa y situación.
son exactos precisos momentos, suspiros del aire que quedan guardados en el más polvoriento archivo, en la casa desolada de campo, en el centro de mi.

ya tan simple como su nombre, caminaba juan brillando el verde.

antes de cruzar la puerta

ahora que abro mi pecho, que te vomito mi verdad, justo ahora que la anestesia son tus alas y que entiendo el silencio que antecede a lo peor, ahora que el tiempo no pasa, ahora mismo que el tiempo nos ve pasar, en este momento en que las agujas nos señalan, que la señal está más viva que nunca; me desconozco.
donde vea, estoy, donde imagine soy. como dos pájaros volando el mundo, como el tornado en forma de canción.
cómo puedo saber que soy si todo me siento, como puedo creerme el reflejo de un lago si ahí mismo me siento nada y todo, tan dividido en dimensiones, tantas líneas, tantos relojes.
me siento caminando por la soga más rebelde, donde no me asusta la altura sino que todo puede suceder.
esa extraña relación entre la instrospección y lo impredecible.

el cine en el palacio

el momento y la ciudad.
tan perversamente dulces, esa libertad en la casa del pensante. una unión de época, una pared de libros, una escena inmortal, por momentos inentendible, una cosa lleva a la otra, una otra lleva a la cosa. todas llevan a la cama. piel.
las calles divididas, el arte atacaba cubriendo de pasos y alcohol las ventanas, en el bar los intelectuales, arriba el amor libre salpicaba la cocina de virginidad.
el paraiso tenía lugar, sonreir y preparar la bañera para tres.

imagen por la ventana

ese efecto de la vista, ese lado de la mente, esa mueca del artista, esa arista, la tangente. esa dosis que atardece, ese vuelo planeado, ese humo que ennegrece, esos peces, ese estado. esa fábula que brilla, lado claro de la luna, ese cocktel de pastillas, maravillas, esa espuma.



dosis

lista de quehaceres

el remedio
la rompiente
el asedio
lo incipiente
los murales
tintas muertas
las señales
ruta incierta
un llamado
la respuesta
el reclamo
la miseria
un segundo
veinte siglos
tantos rumbos
uno mío
los papeles
los telones
de las suertes
de los dones
cencientas
peter panes
las recetas
de donjuanes
las benditas
las aquellas
las putitas
cinco estrellas
las desgracias
de cualquiera
las cadenas
las peceras
los espejos
y las brujas
cerca y lejos
las burbujas
dinosaurios
traje a rayas
empresarios
ruinas mayas
maquillajes
pasarelas
todo el hambre
paralelas
llanto nuevo
mercenarios
viento y fuego
comisarios
casamientos
comandantes
el misterio
los amantes
las tormentas
precipicios
las recetas
el olvido
mal de amores
pesadillas
mil actores
la costilla
los dos templos
la anarquía
luz y el tiempo
la sequía
en la cama
dios de histeria
tanto drama
en la comedia

tantos sueños
tanto frío
tantos dueños
tantos ríos

piel de judas
el mesías
miel de puas
la utopía


los portales.

la niebla y el campo

acostado en el pasto, en un campo infinito a la orilla de la ruta.


desde la perspectiva privilegiada o la cama interminable eran transmisores, conectores, eran parte del paisaje.

como niños con los ojos cerrados al sol, contando historias, viendo al tiempo pasar entre brisas de aire cálido, entre nubes y algodón.

las manos más cercanas jugaban a quererse, a encontrarse y a perderse. nada hacía falta. era tiempo y espacio. tan distinto al resto. era tiempo y espacio.


así como suavemente, así como debía pasar, algo se transmitió de él a ella o de ella a él, o por ellos o para ellos.
fué cosquilleo de una verdad tan pura, amor universal, como un pellizco de lo invisible a lo tangible, de dos espíritus a la carne, un grito de ese campo infinito y ese cielo transparente a cuatro ojos nuevos, recién nacidos.

entendieron sin saber mucho como, que debían adoptar un papel, en ellos estaba decidir entender la reponsabilidad, ser protagonistas o espectadores, aplicar ese momento en todos los momentos.

la tarde calló y con ella el domingo, la ciudad a una hora de viaje y la ruta estaba en su mayor tránsito.(que dificil volver al mundo, al mundo?)

el colectivo estaba lleno, la gente dormida después de un fin de semana de calor turístico. un silencio colmado del ruido del motor, sonido de ruta casi hipnótico de no ser por alguna risa por lo bajo de los jovenes del fondo.

en lo oscuro y en el silencio seguían de la mano, seguían tal vez en el campo o simplemente ahí estaban. se pusieron un auricular cada uno para dejar que la música al azar, milagro del viento, se hiciera de ellos.

en el momento de vaivén, de oidos entornados la batería casi muerta apago al reproductor.
se despertaron del ensueño de golpe y volvieron a prenderlo, tan sólo duraría prendido como mucho como para una canción, así que decidieron elegir la que más les gustaba.
la escucharon más despiertos, la disfrutaron como nunca pero con la certeza de que se frenaría de golpe, de alguna manera eso les dijo el campo, eso les dijo el cielo. abrir los ojos y entender que la batería se consumiría y aún con la posibilidad de recargarla y cambiar mil canciones, era el momento de disfrutar más que nunca esa canción, que tanto los conectaba, era el momento de disfrutar más que nunca sus días, porque ni mil años ni mil vidas ni mil tardes serían sin esa tarde acostados en la nada.

las manos se apretaron tan juntas, la niebla bajaba a dormir al campo

La espera

esa dulce tentación, esa suavidad, esa pluma blanca en el aire viciado.
ese reclamo interno, mi necesidad, de ser dos en uno todo el tiempo, de saber que estas por más se saberlo, de ser una piel.
esa revolución de ideas entre lo que se debe y lo que se quiere, entre esperarte callado o gritar al viento que te necesito.

sos ahora, todo el tiempo

cualquiera

se llamaba como cualquiera y vivía como tal.
una fábula garabateada en las piedras más antiguas le proponía creer. el creyó.
guardo con fuerza cada lágrima en las entrañas de su ser, calló cada expresión fundada, todo fluiría a través de sus dedos. se escapó de las ventanas, de las cerraduras, de la perpendicularidad de las avenidas, se escapó de los espejos, se escapó lejos, hacia él.
facinado desubrió el secreto de las flores, el eclipse de las nubes, el largo proceso de aprender a sentir, aprendió a ser cielo y lago a la vez.
Se sintió descubierto por ellos también, por ver la capa de polvo tirada en el asfalto, esa capa de años que le impedía ser.

dimensión vice versa, de quien se llamaba como cualquiera y vivió un millon de vidas como tal, esquivando ventanas, cerraduras y avenidas, esquivando espejos, esquivando lejos, encontrandosé.

alternativa intangible

miles de escaleras superpuestas llegando a la misma plataforma. una suerte de piramide de proyectos, competencia y antagonismo. vidas y vidas que trepan una y otra vez por una ansiando un lugar en el peldaño más alto, pisoteando a los que vienen por debajo, mirando con odio a los que suben enfrente.
Los dioses de la guerra, los bufones de dios, centinelas de los circos y manipuladores de las cifras, son estratos, las grandes reales divisiones del trabajo, la farsa de ocupacion, la supuesta verdad en los años de la infamia.
creer como deseo que lo único posible es el trepar ciego eligiendo lo que menos daña es realmente ser infieles a nuestra naturaleza, porque se siente tanto en las raices de la sangre como en la textura de la piel que esa cadena burocrática infinita, ese juego de la subordinación es una telaraña de mentiras, un macabro plan controlado en cada rincón que no sale a la luz por la irrefutable razón de que no vimos otra cosa, tormenta de conformidad y miedo a equivocarse.
pero quien quiere encontrar los sillones más altos de las interminables escaleras, los cargos superiores de cada sector, se pierde en el camino o encuentra la inesperada y sorpresiva visión de que todas ellas, hasta las más distintas y contradictorias, llegan al mismo lugar, a una misma entidad, una sola persona, el marionetista, el arquitecto o mago perdido de poder.

ya se sienten vientos de cambio, magia de los polos, forma sagrada, forma profana, cimiento perdido en los mares de la especie, traiciones y alianzas en las miserias de la civilización, el secreto mejor guardado es la historia de la historia.

aprendiendo a ver, aprendiendo a respirar.

.e

el juego de las evoluciones, sincronismo paralelo entre las distintas civilizaciones.
al margen de las similitudes o de sus contradicciones, el pacto de trasfondo es el mismo. esa suerte de suerte, de pergamino generacional donde actitudes y su magia son diferenciales de sangre. está genéticamente diagramado, en la alquimia de los dioses, en el sol y sus alineaciones.
justo detrás de un telón de papel hasta hoy incuestionable, está escrita la historia más fantástica, fábula de acción y reacción, de polos y magnetismo, de carne y su frecuencia, escondidos de a retazos en cada rincón de la línea del tiempo.
explorador de repreguntas, inconformista pleno. ¿cómo no serlo si aprendió a leer, a encontrar en entrelineas el garabato de la infamia de un millón de años luz? ¿cómo no podían verlo?
entre espejos y espejos fué sintiendose miles, dimensión oculta en el templo piramidal, acto fúnebre en la tumba donde descanza el lagrimal.

tanta informacion y tan poco tiempo, tantas sensaciones y tan pocas palabras, tantas fichas de un rompecabezas eterno.

fieles eternautas que navegan hoy intentando rearmar la historia

ir de darko

_para que exista un todo existe inevitablemente la nada. Eso pensaba a lo lejos mientras caminaba silencioso, atento y asombrado, pestañeo lento, ritmo casi pendular.
La urgencia se hizo lenta, la ansiedad inmovil, los pasos muertos hacia todos los rumbos se hicieron agua, los ojos memoria, la mente en blanco, completa, relajada. fué nada y todo al mismo tiempo. es historia y catarsis de un humilde servidor.

llaves en forma de

cada vez más distracciones, más comentarios vacios, más prejuicios, índices erguidos a quien piensa diferente, a quien piensa...

cuando lejos es cerca, cuando La voz pronuncia gracias, cuando los fundamentos son como son... paradójicamente simples

aleteo

requiem

suena la melodía de la dulce espera.
letras, colores y claves de sol son cimientos de los puentes, que se levantan interminables en cada rincón del tiempo.
quien no se anime a treparlos, pasará los años puliendo las espinas de la insatisfacción, la pesada carga de sentir la miseria existencial, el desierto incierto de las acciones sin sentido.

legado

imagenes aisladas de un sueño repetido, caminata sin rumbo de un pueblo dormido entre flashes de tornados de memoria y olvido.
de pronto luz eterna, divina y brillante, amanecer en las mentes y la constante variante de la magia del prisma que se transforma en diamante.

comienzan a divisarse los pilares iluminados, la vibracion de las almas, el tesoro buscado de quienes saben mirar con los ojos cerrados.
y será amanecer y no ser indiferente, respirar profundo, sentir inconciente o seguir anestesiado caminando entre la gente.

[cuando mires a los cielos y te síentas nada, una mínima parte de una historia previamente diagramada mira hacia adentro y explora tu universo, luego mira de nuevo en la calle, sentí cada uno de ellos (paralelos) todavía no explorados, cada mirada que te cuenta una vida, cada palabra cargada de desesperación.. cuando entiendas que nos rodea energía y que somos parte de ella. cuando se sienta la unidad en otra frecuencia, sentiremos el empuje producto del miedo de las bestias. y cada traba, cada barrera, cada camino sin salida no sera mas que otra prueba, otra señal que nos dice que estamos bien dirigidos, que sienten terror quienes ahora nos mantienen oprimidos. y aunque creas o no en el destino sentis este tiempo que el viento está a nuestro favor, se siente en la pureza del agua o en el fuego y su calor, se siente en los rostros que se cansaron de preguntas, de conformarse con mentiras y el vacio terrenal en las respuestas.
es alcanzar lo que nos pertenece, el estado de simpleza y felicidad, para lo que fuimos hechos.
simplemente se siente, ahora mismo y no soy el único.]

camino a atlantis

lentamente se adentraba en el mar intentando sentirse espuma.

mirando hacia atrás vió años sólo llenos de años, de una pequeña y casi imperceptible llama, de rutinas y nuevas tradiciones, de correas y ataduras... hasta vió el momento exacto en que ese viento aunciado lo haría sentir vivo.
se transformo en ansiedad el cautiverio de la verdad, y olvidar los clavos en sus pies generaron un desorden en la temperatura de sus miedos.
el control se basó en complentar la sensibilidad en el centro de su pecho con el amanecer que se sucedía lentamente en un rincón del centro de frente. liberarse de palabras para ser hermosamente sólo recepción y proyección.

seguía caminando mar adentro y se sintió fuerte y protegido. el crecimiento necesitó de paciencia que en un principió parecía inancanzable, la tranquilidad estaba siempre un paso adelante hasta comprender que era él quien caminaba en la dirección contraria.
recordó el momento del freno, de mirar el cielo y dejar que la tranquilidad se hiciera de él.

y ahí estaba, sólo deslizandose hacia lo profundo de la tierra, de la ingravidez del agua y la pureza de sus sales, sólo en el mar más abierto de la playa de las diagonales, sólo en una fotografía que no llegaba a revelar a la multitud que caminaba a su lado.

era tal la energía que temblaba el agua más cercana, o quizá era él el temblor, o tal vez ambos, ya no importaba.
una ola con más vida de la que alla visto se levantó de pronto, de aspecto violento pero con una sauvidad única, furia de los dioses, amor de terciopelo.

los pasos convencidos eran también firmes y suaves, así fue que el corazón de los mares percibía como espuma a él y esos miles, así fue como el centro de la frente del océano y vió a los ojos al hombre y dejó de llamarlo huesped, invitado o invasor, así fué que se sonrieron mutuamente.
se sumergió bajo esa ola de bienvenida retrazada, de unión escrita y ansiada, parecía mentira, pero así era.

tan vivo se sintió mirando en la oscuridad de lo profundo, sintiendo a todos y todo al mismo tiempo.
todos juntos se miraron a la vez a los ojos cristalinos, cuando vieron tallado en la piedra de un mural la majestuosa entrada a atlantis... quien sabe en que idioma estaba escrito, quien necesita saber.


un fuerte ruido lo hizó despertar sobresaltado.
la transpiración estaba impregnada en la dura almohada que lo acompañaba por las noches y lo despedía cuando hiba a trabajar.
_el sueño fué tan intenso, tan real, pensó.
el despertador sonaba más fuerte que de costumbre, la avenida bajo su ventana estaba concurrida gritando como nunca, el diarió bajo su puerta mentía sangre y libertad.
salió a la calle y miró en todas las direcciones, se sentía desamparado, inmerso en un desierto de ruido y conmoción.

pero todas esas luces, todos esos gritos y todas esas cerraduras ya no eran suficientes.
(recepción y proyección).
libró sus oidos, sus pupilas y sus manos del miserable espectáculo y con un paso tranquilo se encaminó hacia la costa.

allí lo esperaban tantos otros que se dieron cuenta que la intensidad y la realidad de esa noche no eran propias de un sueño normal, o que la normalidad era en realidad un sueño infantil, un espejismo de superficialidad y paredes de concreto.

allí lo esperaban tantos otros como él, que eran él, que eran espuma.

V

es que está en todas partes. apenas un nuevo sentido de enfoque lo dejó tan a la vista. esa es la semilla, dejarnos ver en cada plano, en cada punto, en cada metáfora o paralelismo al anciado conejo blanco.
los destellos de inconciencia, de sueños o fármacos, de imaginación potenciada llegarán de pronto en forma de universo real.
o quizá nosotros seamos quienes debemos y elegimos llegar ahi

im presion

primer paso.
la información se acomoda y las imágenes tienen sentido. un sentido en otro sentido, en otro contexto, otros parámetros. una lógica alternativa. Una razón lejos de las explicaciones o un complemento eterno y exacto de ellas, pero tan cerca que era inentendible.
ante tanta carencia de estructuras terrenales, el proceso es lento y consta en la agrupación de quienes se dejan llevar, el tiempo hará lo suyo.ya lo está haciendo. dejarse llevar implica sumergirse, impregnarse del todo, los años, los sucesos, las miradas...
los sentidos son la puerta abierta, donde se contactan nuestros dos aspectos. en este punto conviven todo el tiempo, teniendo la posibilidad de seguir viviendo, de tachar los días cotidianos de relaciones simples mientras nuestro sujeto tácito toma forma, crece, comienza a darnos más pistas y a encontrar más ojos a su alrededor.
como sigue.
se hace más dificil el día a día, el entorno va en contra, es un camino en contramano plagado de sentinelas, ruido y desinformación. incluso los dormidos se convierten en piedras, en prejuicios y comentarios desalentadores. el pensamiento es constante y requiere cada vez de más atención, más ganas de expresarlo y menos tiempo para eso. es tiempo de sentirlo y quizá la explicación sea ajena a las letras.
confiar.
la alternativa es proyección en proyección.
finalmente todo está relacionado, laberinto macabro a la vista de los ojos ciegos.
realmente es el momento, profundo, interno, silencio y concentración, dejar que los mensajes lleguen como sea, en cualquier forma. se trata de sobrepasar las divisiones, se trata de unión, de sentido personal enfocado en un sentido común.
se sienten las diferencias, es notorio y entendible al menos ahora, esa extraña percepcion de algunos seres.

creer

viaje

tan incuestionables se volvieron los números, que la conexión, el cuadro final, el idioma de los vientos será un tanto más dificil de asimilar para quien no se convirtió en un viajero de las profundidades de uno mismo, un navegante del cosmos personal hacia la conciencia colectiva.
Dicen las manos que allí hay un puerto sin leyes, donde las impenetrables paredes de la lógica no son más que una fragil caja de cristal. en ese punto, el planteo no será pensar como salir de ella, sino entender que si queremos no existe. lo que sentimos es literalmente real.

despertar.

tres voces

esa era la única voz que lo había hecho sentir en un cuento, que le despellejaba la piel, los huesos, que entendía perfectamente lo que su pensamiento no podía expresar con palabras.
esa voz, lo hacía sentir en casa, era quien moldeaba su idioma.
la voz pertenecía a una mujer, quizá varias, pero en una. (de alguna manera todos somos varios al mismo tiempo). La mujer era como esa voz, o de alguna manera eran un complemento que unidos a la forma de decir las cosas y la manera de mirar conformaban un ser fuera del espacio-tiempo, lejos de las reglas y de los límites. Un ser detrás de las paredes, detrás del maquillaje de la luna o de la presión en las profundidades del mar.
sus ratos a solas eran únicos y para mantener ese valor debían ser irremediablemente pocos, ser esos ratos especiales que escapan al calendario, que cortan a la línea temporal y hacen que cuatro paredes sean el refugio perfecto donde no hace falta más que aire y esa voz. abajo, otra ciudad.
los enrriedos de caminos entre ambos ayudaban a conformar una relación exactamente como debía ser, o tal vez no, pero así era y "ser", en estos tiempos de escazes, es un privilegio para pocos.
lo cierto es que mientras él se sentía vivo mientras escuchaba el silencio, mientras disfrutaba de deambular en la paciencia de los últimos minutos juntos, comenzaba a preguntarse si ella sentiría lo mismo. En ese instante se miraron y él comprendió que ella pensaba lo mismo y los dos se dijeron con sus ojos que carecía de sentido la pregunta, carecía de sentido pensar en un juntos, pués ambos eran entonces una sóla persona.

real

una vez cansado de pensar, cansado de tener que elegir en que personaje convertirse a medida que avanzaba en el juego se planteo por fin, que él nunca había decidido jugarlo.

diagonales

Existe en mi pueblo una diagonal, una diagonal corta, de unos cien metros que desemboca en una ochava donde duerme de día un pequeño bar, pero es esta diagonal especial por ser la única entre tantas paralelas y perpendiculares, grises rectas diagramadas que dan una imagen estructurada y ordenada al plano urbano de mi pueblo.
la diagonal de la que hablo no se destaca por sus construcciones imponentes, ni vive allí un famoso y mucho menos es de las calles que se disfrazan de festejo en navidad.
Sin embargo esta diagonal merece estas líneas porque es simple. Es dueña de una simpleza muy particular, de casas que pasan desapercibidas y de árboles casi igual al resto; pero para el que se detiene a mirar, con ganas y con respeto, puede ver el regalo de este extraño pasaje escondido a la vista de todos.
Dicen los rumores, que existe algo mágico en lo tranquilo de la callejuela, donde unos pocos afortunados, alertamente distraidos, son hipnotizados por el bailar coreográfico de los sauces y son llevados de las narices hacia alguna de las casas; siempre una distinta. (de hecho en las historias llegaron a numerarse más de mil casas lo cual se torna extraño ya que sólo habitan doce casas en los infinitos cien metros de la diagonal, igual no me detendré en esta característica ya que merece y tiene una historia aparte).
Cualquier ser racional o de maletín y corbata podría decir que nada tiene de mágico la invitación de los sauces, que cualquiera con un poco de imaginación o locura podría ir por la vida golpeando puertas e inventando historias. No daré crédito a estos insultos ya que creo rotundamente en el juego de la diagonal, no después de saber lo que sucede al ser elegido por ella, al pasar la puerta de alguna de las casas.
Los rumores cuentan que espera allí una anciana de aspecto amigable, que se sabe tu nombre y que te ofrece una taza de té pidiendote silencio y paciencia. No se sabe a ciencia cierta el contenido del té, pero se dice que al beberlo, uno se siente sumamente reconfortado, es como una suma de buenos momentos, de los mejores recuerdos en forma de sensación, un calor por dentro, un suspiro del alma.
La anciana luego pronuncia tres palabras secretas, personales a cada persona, que al pronunciarlas nos hagan acordar de ese instante, tal vez no sentirlo en su magnitud, pero recordar que por un instante fuimos felices, que es posible serlo y el secreto está en colmar las horas con momentos de esos que serán recuerdos gratos.
Momentos después los elegidos aparecen sentados en el cordón, un tanto confundidos y conmocionados. Se van caminando callados intentando acomodar los sucesos de las horas anteriores. Sin embargo, nunca están seguros, (eso dicen los rumores) de lo que les sucedió, pero deciden nunca más vuelven a pasar por la diagonal. No sé si será porque se sienten temerosos y tímidos a sentir algo tan fuerte, o que entendieron el mensaje y tienen tres palabras que los hace sentir bien estén donde estén.
Más allá de todas las historias, sus confusas contradicciones y tramos en blanco, sigo creyendo en los poderes de la diagonal. De alguna manera que puedo hacer yo, más que creer, si no soy más que un soñador que busca tres palabras que le cambien los días, que no soy más que una corbata y un maletín tomando la segunda medida de Jonnhie Walker etiqueta negra en el vaso más cuadrado del bar. Un bar ubicado en una ochava, límite de la única diagonal de mi pueblo, una diagonal común y corriente.

de voltaires

el punto de encuentro de destinos cruzados, dilatado el centro de los ojos empapados, una secuencia por dentro de sentimientos desencadenados.

cada vez más silencioso, cada vez más pensante, cada vez más perdido en el dudoso camino de los soñadores caminantes.

de pronto, un click, un chispazo de lucidez. el mundo ya no solo habitaba bajo sus pies. mirando hacia adentro supo entender, que era allí donde valía la pena conocer.. conocer y comprender de algun modo que cuando se torna difusa la división entre el bien y el mal, la subjetividad se basa en saber tomar la transversal.

una vez entendidas las bases, una vez que supo que la esencia esta en quien ama lo que hace, en los enrredos de pasión, convicción y valentía en cada frase.

así fueron los primeros pasos, transformando en acciones los resentimientos, asi sin darse cuenta fue complementandose con los elementos, así cuando alcanzó el punto rojo del infinito, supo respirar el manojo de flores que saciaron su apetito.


despierta

inicio

todo nacer, todo transcurso y hasta todo final tienen su punto de partida.
ese primer paso puede ser el antecesor de un recorrido infinito, y a su vez cada paso de ese recorrido es un inicio, es una posibilidad de cambiar el rumbo o de decidir mantenerlo.

estas palabras tienen sabor a cambio, a bienvenida y un recorrido largo, dificil y placentero