miles de escaleras superpuestas llegando a la misma plataforma. una suerte de piramide de proyectos, competencia y antagonismo. vidas y vidas que trepan una y otra vez por una ansiando un lugar en el peldaño más alto, pisoteando a los que vienen por debajo, mirando con odio a los que suben enfrente.
Los dioses de la guerra, los bufones de dios, centinelas de los circos y manipuladores de las cifras, son estratos, las grandes reales divisiones del trabajo, la farsa de ocupacion, la supuesta verdad en los años de la infamia.
creer como deseo que lo único posible es el trepar ciego eligiendo lo que menos daña es realmente ser infieles a nuestra naturaleza, porque se siente tanto en las raices de la sangre como en la textura de la piel que esa cadena burocrática infinita, ese juego de la subordinación es una telaraña de mentiras, un macabro plan controlado en cada rincón que no sale a la luz por la irrefutable razón de que no vimos otra cosa, tormenta de conformidad y miedo a equivocarse.
pero quien quiere encontrar los sillones más altos de las interminables escaleras, los cargos superiores de cada sector, se pierde en el camino o encuentra la inesperada y sorpresiva visión de que todas ellas, hasta las más distintas y contradictorias, llegan al mismo lugar, a una misma entidad, una sola persona, el marionetista, el arquitecto o mago perdido de poder.
ya se sienten vientos de cambio, magia de los polos, forma sagrada, forma profana, cimiento perdido en los mares de la especie, traiciones y alianzas en las miserias de la civilización, el secreto mejor guardado es la historia de la historia.
aprendiendo a ver, aprendiendo a respirar.
Compañero, que dificil es el camino hacia la liberación de quién maneja los hilos, pero que bello es sabernos cada día más ajenos a él.
ResponderEliminarY que caricia a nuestro interior sus palabras.
Que son suyas, y del mundo...pero sobre todo, de quién quiera ser un "soñador despierto"
Se lo quiere, admira y respeta