despedida

_como te gusta verte tan autosuficiente, esa postura entre seguro y desaliñado.
siempre así, una sonrisa complaciente y esa mirada de estar pensando todo el tiempo. Que patético, mirate un segundo. ¿qué ves? ¿estás conforme?
seguramente lo estés. siempre soñaste con vestir esos zapatos, con esos viajes de negocios, con apagar esa voz que tanto molestaba.
mirá tu reloj, sí, son las once. el hotel no te gusta pero hay un bar de nivel a unas cuadras. ya sé.
dale, aspira un poco más que se está poniendo aburrido.
cuando me mirás así siento que ya no te queda nada, que ya sólo sos eso, esa piel, esos sentidos y ese traje. estás vacio amigo mio.
está será seguramente la última vez que nos veamos, ya me aburrí de tu silencio, de esa cara de arrogante que conoce todos los atajos. estás sólo, ni siquiera contás con vos mismo.
aspirá de nuevo, dale que es temprano.

_basta, me cansaste, callate de una vez.

_ahh, pero mirá vos. Sabes hablar ahora. que raro que te moleste y que sigas aca. me das asco, ya evadiste mil preguntas, evadiste las respuestas y sin embargo te sentís con el orgullo de quedarte a escuchar. que triste.

David gritó. un grito que nació desde muy adentro inundó el baño, como la extinción de una llama interna vomitando las paredes, agitando las manos.
Sin pensarlo arrojó la botella de champagne contra el espejo.

El reflejo no llegó a decir "hasta nunca"

dos meses en viena

Querida Hélène:
hace un instante sin querer comence a jugar con un lapiz. te lo transcribo:

aca estoy yo, mi mundo y mi universo. y sin embargo no estoy.

que puedo decir sentando en este rincón, en este eterno presente, único y constante no tiempo, terreno infinito del ahora, este ya mismo que me pellizca la planta de los pies y no me deja dormir.
desnudo y arropado por las mantas, hipnotizado en el chispeo del hogar.

¿qué me trajo aca?

seguramente ese juego macabro de la correspondencia. vos.
un plan perfectamente armado en el que la constancia de mis ganas luchan y se quiebran contra la ambigüedad de tus estados, ese logaritmo indescifrable, ese patrón imposible de deseo sin lógica.
esa, tu locura. y la mía tal vez también, en una absurda, cruel y pensada historia de desencuentro.
ahora que llego tan dentro, ahora que quema profundo y el frío es la única compañía no puedo hablarte. pues este rincón es lo más bajo que puedo caer.

el lugar al que quiero llegar es lejos del pensamiento. tenerte cerca me hace sentirlo, será por eso que en ocaciones no necesitamos hablar. será por eso que no quiero seguir escribiendo. que extraño, te extraño y el hogar, la manta y el frío me lo repiten a cada instante, en ese pasado que no fuimos, en ese presente de mañana en que seguiré aca, esperando que una carta se corresponda a esta para que este lápiz quiera seguir jugando.


Espero estes bien, un beso, Julio.-