cinco

cada uno de los monumentos que glorifican la mentira, a los traidores e impostores de las causas perdidas me recuerda que soy más que nunca la Causa. somos la causa. y lo seguiré viendo en las miradas de los muertos, los demonios y los despiertos, en las plumas de tu ser y en la arena del desierto.
la fé, la llama o la esencia no cambia, simplemente porque las personas nunca podrán cambiar su forma de mirar y porque siempre van a existir los castillos en el aire.


hoy como siempre, más que nunca, somos.

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