cualquiera

se llamaba como cualquiera y vivía como tal.
una fábula garabateada en las piedras más antiguas le proponía creer. el creyó.
guardo con fuerza cada lágrima en las entrañas de su ser, calló cada expresión fundada, todo fluiría a través de sus dedos. se escapó de las ventanas, de las cerraduras, de la perpendicularidad de las avenidas, se escapó de los espejos, se escapó lejos, hacia él.
facinado desubrió el secreto de las flores, el eclipse de las nubes, el largo proceso de aprender a sentir, aprendió a ser cielo y lago a la vez.
Se sintió descubierto por ellos también, por ver la capa de polvo tirada en el asfalto, esa capa de años que le impedía ser.

dimensión vice versa, de quien se llamaba como cualquiera y vivió un millon de vidas como tal, esquivando ventanas, cerraduras y avenidas, esquivando espejos, esquivando lejos, encontrandosé.

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