almorzar en la costanera



Tanto que la originalidad del hombre no tiene límites como que el mundo es un caos ya lo sabemos todos.
Las personas se conglomeran en ciudades, viven verticalmente en el centro o amontonadas en la periferia haciendo que estemos apretados como en un pogo urbano. Tal célula infectada del mundo, nos reproducimos indiscriminadamente transformándonos en un tumor maligno para el planeta donde volcamos nuestra vorágine, smog y bolsas de toledo. Entre esta problemática y el gen/ego corrompido del ser dondecomienzantodoslosproblemas, está el sistema. Entiéndase el sistema como muestra de la persona con el todo, como estructura a gran escala de la mente manipuladora e insatisfecha del ser humano. Este mounstro burocrático lleva inherente a su existencia la necesidad de la pobreza, del apartado, del que se queda parado en el juego de las sillas. El sistema necesita del hambre. Hambre con mayúscula. Este hecho es un símbolo de la confluencia de los distintos modos de ataque de nuestro sistema a nosotros mismos: la salud, los valores, la igualdad y bla bla blá. No es joda.
Lo que me llama la atención es la nueva moda o modo de supervivencia (son lo mismo en dos escalas opuestas). Se dice que en la multiplicación excesiva de personitas se encontró la solución a sí misma: cada bebé se separa físicamente de la madre mediante el corte de la placenta, pequeño órgano efímero compuesto de... como llamarlo... emm... diosWikipedia nos dice:
"La placenta se desarrolla de las mismas células provenientes del espermatozoide y el óvulo que dieron desarrollo al feto y tiene dos componentes, una porción fetal, el corion frondoso y una porción materna o decidua basal." Esta COSA*, no tiene en su composición mucha diferencia con lo que encontramos en un chorizo o salchicha o hamburguesa. Entonces Eureka, Lamparita de 220 prendida, luz del cielo y onomatopeya de aaahhh. Vendamos sanguches de placenta. Alimentémonos con ese residuo sanitario o adorno de mal gusto de señoras que guardan todo. Así fue que comenzó un negocio que no parece tener límites. Bebé que nace, placenta que va al contenedor, que va a la costanera, que desemboca en los puestos, parrilla, pan: PLACENPAN. Por tan solo cinco pesos tenés el almuerzo fresco, barato y natural. Más natural imposible.
Lo que me asusta ahora es que el sistema, que parece amar estos rebusques extraños, está viendo la forma de promover el nacimiento de gemelos o quintillizos, para así tener más sabrosas placentas. No sé de que manera lo harán, quizá se trate del L.Casei o las micropartículas del jabón en polvo que te dejan la ropa más blanca que nunca. Seguramente nosotros, a este ritmo de parrilla de costanera, de L.Casei y de juego de las sillas, quedemos tan blancos como la ropa, así, arrugados, estirados, en el cajoncito de la ropa para lavar.






*C.O.S.A.: Conjunto de Objetos y Seres en Algo**
**A.L.G.O.: Abarcamiento Lingüístico de Generalidades y Orden.

6 comentarios:

  1. Como te quiero amigo mio...

    respira profundo

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  2. maldita supervivencia.

    (un gusto haberse dejado caer por aquí, te leo :))

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  3. Sigo con el marisco.
    No cambio.

    Saludos.

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  4. me iré al campo y tendré mi huerta orgánica.he dicho.

    beso*

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  5. Me sumo a lo que dice Rayuela.

    ¡Besote enorme. buen fin de semana!

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