dos meses en viena

Querida Hélène:
hace un instante sin querer comence a jugar con un lapiz. te lo transcribo:

aca estoy yo, mi mundo y mi universo. y sin embargo no estoy.

que puedo decir sentando en este rincón, en este eterno presente, único y constante no tiempo, terreno infinito del ahora, este ya mismo que me pellizca la planta de los pies y no me deja dormir.
desnudo y arropado por las mantas, hipnotizado en el chispeo del hogar.

¿qué me trajo aca?

seguramente ese juego macabro de la correspondencia. vos.
un plan perfectamente armado en el que la constancia de mis ganas luchan y se quiebran contra la ambigüedad de tus estados, ese logaritmo indescifrable, ese patrón imposible de deseo sin lógica.
esa, tu locura. y la mía tal vez también, en una absurda, cruel y pensada historia de desencuentro.
ahora que llego tan dentro, ahora que quema profundo y el frío es la única compañía no puedo hablarte. pues este rincón es lo más bajo que puedo caer.

el lugar al que quiero llegar es lejos del pensamiento. tenerte cerca me hace sentirlo, será por eso que en ocaciones no necesitamos hablar. será por eso que no quiero seguir escribiendo. que extraño, te extraño y el hogar, la manta y el frío me lo repiten a cada instante, en ese pasado que no fuimos, en ese presente de mañana en que seguiré aca, esperando que una carta se corresponda a esta para que este lápiz quiera seguir jugando.


Espero estes bien, un beso, Julio.-

2 comentarios:

  1. Toma tu lápiz nuevamente, es cuestión de seguir la estrategia y dejar la mente en la más pura acción creadora ...

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  2. lejos
    del
    pensamiento
    está el
    vacío...


    espero que estés bien, un beso...*

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