una voz está penetrando mis huesos
ahora mismo y no hay nada que hacer
me hiela, me hierve, la necesito...
y la noche también habla y ya son dos
no sé cuando aprendí a escuchar asi
con todo el cuerpo, con cada célula.
tampoco distingo si me hace bien
simplemente es inevitable como la noche
la voz es una particular voz de mujer
el pecho es el loco pecho de un hombre
todo se cristaliza se aturde, retumba
y son formas geométricas por dentro
signos símbolos llaves maestras
el tono exacto de instrospección
una palabra clara sin nombre, vacía
entre una voz y mi consentimiento
y la noche seguirá hablando con sus señales
la mujer me desgarra la piel sin conocerme
una llave triangular y las ganas y un cristal
y al fin, sin saberlo y a propósito, me poseé
esa voz y la noche y yo estoy como poseido
ido en una pose extraña en un ritual de domingo
en el momento exacto del quiebre, del salto
un precipicio un laberinto y digo basta
Basta!
a veces
ResponderEliminarno
basta
decir
basta
a veces
hay que
recorrer
el
laberinto
mil besos*